Método Iyengar

Método Iyengar

Este método de Yoga lleva el nombre de la persona que lo desarrolló, Bellur
Krishnamachar Sundararaja Iyengar. A lo largo de su vida y guiado por su
compromiso, curiosidad y también dificultades propias y de sus alumnos, Iyengar desarrolló un abordaje del asana y pranayama profundo, certero y empático con todas las personas.

A mi modo de ver, el Yoga Iyengar se nutre de cuatro fuentes fundamentales:

Secuenciación

Cada clase es preparada con cuidado y atención, como si fuese una artesanía. En una secuenciación adecuada cada asana es el preludio de la siguiente.
De esta forma se genera un flujo natural que impacta no solo en el cuerpo, sino también en la respiración, los sentidos y la mente. En este método, el florecimiento y la madurez de la práctica suceden de forma gradual, segura y orgánica.

Alineación

La geometría de los asanas de Yoga aporta salud en todos los niveles. Este es el motivo por el cual nuestros esfuerzos, como maestras y maestros, están dirigidos hacia la alineación y la precisión en la postura. Podría parecer que nos dedicamos con las capas más externas del ser humano, pero con el tiempo, este trabajo va echando raíces profundas hacia nuestros niveles más sutiles.

Adaptabilidad

El contexto también hace a la práctica. La adaptable del método atraviesa latitudes, edades y circunstancias. No es lo mismo disponerse a trabajar en el frio de la Patagonia que en el calor ecuatorial, ni tampoco es igual hacerlo en la pubertad o en la adultez. Imponer una práctica nos acerca a la violencia. Si abrazamos las particularidades de cada quien serán muchos los tesoros que nos ofrecerá la práctica.

Enfoque terapéutico

Iyengar fue innovador en la creación de secuencias y formas de trabajo modificadas específicamente para tratar diversas condiciones. En el RIMYI, en Pune, son famosas y altamente concurridas las clases terapéuticas. Aquí es frecuente el uso de elementos, que Iyengar presentó al mundo con osadía y creatividad, y que en cierta medida revolucionaron la manera de practicar asana.

B.K.S Iyengar

Bellur Krishnamachar Sundararaja Iyengar nació en Bellur, una pequeña aldea cercana a Bangalore, en diciembre de 1918.
Fue uno de los más prestigiosos y reconocidos maestros de Yoga, pero el camino hacia convertirse en leyenda no fue nada fácil.
Luego de la temprana muerte de su padre, su infancia y adolescencia estuvieron atravesadas por la pobreza y las enfermedades.
Cuando tenía 16 años, su cuñado, el respetado estudioso y gurú Krishnamarcharya, lo convoca en Mysore para formar parte de su grupo de estudiantes. “Me dijo que practicara asanas para mejorar mi salud. No creo que viera en mí ningún verdadero potencial”, contó más adelante.
Desde entonces dedicó su vida a practicar y enseñar. Pasó años de muchas privaciones, hasta que poco a poco, fue creciendo el número de alumnos que querían practicar con él.

Luego llegaron los viajes que hicieron conocer el Yoga de Iyengar a todo el mundo.
En 1975 se inaugura en Pune la sede oficial de Yoga Iyengar, el Ramaamani Iyengar Memorial Yoga Institute (RIMYI), donde miles de estudiantes acuden para estudiar su concepto único del Yoga y para sumergirse en su rigurosa disciplina.

Iyengar murió en Agosto de 2014, pero fue un maestro consagrado y reconocido mucho antes. Sin embargo supo siempre mantenerse sencillo y curioso. En uno de sus últimos libros, dice: “Aún aprendo, nunca dejaré de aprender y he intentado compartir algunas de estas lecciones con ustedes. Ruego que mi final sea su principio”.
Admiro y celebro su humildad, y deseo que esto sea un faro que ilumine nuestra práctica.

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