Te levantaste temprano. Desayunás y enseguida comienza una nueva jornada laboral. La mañana le va dando paso a la tarde, el sol empieza a caer, oscurece. Cenás y, ya cansado, te preparás para ir a dormir. Un buen colchón, una linda almohada y nada… el sueño no aparece. A veces parece una ironía: cuanto más activo y cansador haya sido el día, más te cuesta conciliar el sueño.
La vida se complejizó mucho en los últimos años, y lo seguirá haciendo. El avance de la tecnología y la saturación que la misma provoca a los sentidos, no ayuda a la función natural de reparación del cuerpo y la mente: el sueño. Biológicamente, nuestro cuerpo está preparado para serenarse y disminuir sus actividades metabólicas durante las horas oscuras. Y nosotros ¿qué hacemos? Generamos continuamente más hábitos artificiales: encendemos lámparas alargando el tiempo de luz, miramos televisión hasta altas horas de la noche, tenemos celulares que nunca se apagan y mantienen activa y preocupada a la mente y un casi interminable etcétera. La vida que estamos llevando desordena los ritmos biológicos haciendo que actualmente el problema del insomnio sea una tendencia mundial.
Reaprender la relajación
Basta con mirar a un niño. Los animales también son un buen ejemplo. Ellos saben sobre la ciencia de relajarse. Con una correcta relajación ninguna energía se desperdiciará ya que, además de eliminar tensiones físicas, el prana (el nombre que se le da a la energía vital en la filosofía del Yoga) se almacena y conserva.
Relajarse no tiene nada que ver con la pereza. Una persona perezosa está aletargada e inactiva, llena de Tamas (inercia). Quien sabe relajarse vivifica cuerpo y mente otorgándoles más vigor, fuerza y resistencia, evitando que se fugue la energía.
Para relajar correctamente el cuerpo, primero hay que moverlo correctamente a través de las asanas (posturas de Yoga). Desde la filosofía del Yoga se insiste mucho en la relajación adecuada, ya que es la puerta de acceso a una mente serena y un cuerpo sano y vigoroso. Por eso, cuando finalices con tu práctica de Yoga, recostate sobre la espalda, con la cabeza centrada, los brazos separados del cuerpo, las manos, piernas y pies sueltos y relajados. Recorré mentalmente todo tu cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Quizá encuentres que ciertos músculos no están completamente relajados, con una exhalación relajalos. Esto es Shavasana.
Para relajar correctamente el cuerpo, primero hay que moverlo correctamente a través de las asanas (posturas de Yoga) .
Además de realizar Shavasana al finalizar la práctica de Asanas, es conveniente tomarse unos minutos para relajarse por la mañana y también por la tarde, al menos durante 10 minutos cada vez. Podés recostarte y elevar las piernas algunos centímetros del suelo, lo que aplanará tu espalda y mejorará la circulación de piernas y pies. Dejá que todos los músculos se aflojen y que la mente descanse. Recordá siempre que cuerpo y mente se retroalimentan, la actitud de la mente se reflejará en la corporal y viceversa.
Sueño profundo, la mejor medicina
El sueño profundo (diferente del sueño con ensoñaciones) es aquel estado de completa relajación mental; el estado en el que la mente está completamente aislada de la información que recibe o que recibió a través de los sentidos. El sueño profundo es el mejor tónico para la vida. Sin un buen sueño no se puede lograr una perfecta salud. El sueño es un bálsamo para los nervios y la mente.
Según la cosmovisión del Yoga, el sueño profundo nos da la pista que nos lleva hacia la Verdad Absoluta. En palabras de Swami Sivananda, “el sueño profundo proclama en silencio que el Ser es homogéneo y Uno, sin segundo. Declara que el Ser está más allá del dolor, que es Beatitud inalterable.” Los Yoguis dicen que el sueño profundo es parecido al estado supra consciente al que se accede en meditación profunda (Turiya Avashta), con la vital diferencia de que en él se está plenamente consciente. El sueño profundo nos aleja de las incesantes atracciones y repulsiones que dominan la existencia (Raga-Dvesha) y nos dan una muestra de nuestra realidad trascendente. Tal es su importancia.
El sueño profundo nos aleja de las incesantes atracciones y repulsiones que dominan la existencia y nos dan una muestra de nuestra realidad trascendente. Tal es su importancia.
El buen dormir está sujeto a muchas variables como la capacidad física de una persona a resistir la fatiga, la calidad y cantidad de trabajo físico y mental que realice durante el día, la edad y los hábitos. Las que siguen son algunas sugerencias que nos da la filosofía Yóguica para mejorar la calidad del sueño:
- Abandoná el hábito de preocuparte. La preocupación excesiva es un sumidero de Prana (energía vital). Aprendé a meditar y sé regular en la meditación.
- Si trabajás mucho con la mente, tendrás que hacer bastante ejercicio físico.
- Evitá dormir de día, especialmente después de comer, ya que puede provocar dispepsia y enfermedades hepáticas.
- Dejá el café, té y otros estimulantes.
- Evitá realizar trabajos cerebrales intensos por la noche.
- Date un baño caliente antes de acostarte.
- Usá ropa de cama suelta y no te cubras con mantas muy pesadas.
- No mantengas luces encendidas en tu habitación. La luz induce a la actividad.
- No fuerces los ojos.
- Repetí mantras antes de dormir (Japa) o meditá en silencio.
- No duermas con la cabeza hacia el Norte. Los indios no nos dan ninguna explicación científica o racional sobre este punto, pero sí indican que la mejor posición es apuntar con la cabeza hacia el Este.
- Dormí sobre el lado izquierdo del cuerpo, la comida se digerirá mejor ya que el canal energético que favorece el metabolismo (Surya Nadi) estará en actividad.
- Practicá la relajación consciente descrita más arriba antes de entregarte al sueño.
- Vaciá tu vejiga y, de ser posible, tu intestino antes de irte a dormir. Si querés tener un sueño profundo tu última comida deber realizarse entre 2 y 3 horas antes de irte a la cama. La cena debe ser simple, liviana y libre de picantes.
- Sugerile a tu mente : “Ya hiciste todo hoy, no te preocupes por nada más. No tenés que hacer o lograr nada ahora. Quedate tranquila. Meditá ahora en el sueño profundo.”
¡Que descanses!
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Fuentes:
Relajación y Energía- Antonio Blay Fontcuberta
Cómo conseguir un sueño profundo- Swami Sivananda
Yoga y Medicina- Timothy Mc Call
Bases Fisiológicas de la práctica Médica- Best & Taylor